Cuando hablamos de ejercicio físico no hablamos de alto rendimiento, sino del grueso de la gente que lo practica por el solo hecho de sentirse mejor. Convengamos que al terminar de realizar una actividad física recreativa, más allá del cansancio físico, uno percibe un cambio notable en su estado de ánimo.
Cuando decimos que el deporte es salud, lo decimos convencidos, ya que hay algunas razones muy claras y de fácil interpretación:
El cuerpo (cerebro, hipófisis y tejidos) produce diversas endorfinas (neurotransmisores), que reducen las sensaciones de dolor y producen una mejora notable en el estado de ánimo (sensación de euforia)
Durante la actividad, utilizamos un tiempo libre que nos permite distraernos de las situaciones estresantes, de los problemas de trabajo, y de las preocupaciones diarias; ésto genera una disminución importante en uno, ya que los niveles de ansiedad bajan de forma notoria
Teniendo en cuenta que las actividades se deben realizar a una intensidad entre el 65 y 70 % de la capacidad cardiovascular, con una frecuencia de 3 veces como mínimo por semana, durante 30 minutos por lo menos, para empezar a ver los resultados, la tarea se tiene que sostener durante 12 semanas siempre realizando chequeos médicos que nos permitan realizar el ejercicio aeróbico sin poner en riesgo nuestra salud.
Algunos de los ejercicios son:
Andar en bicicleta
Marcha aeróbica
Trote
Remo
Natación
Andar en roller
Algunos de los beneficios del ejercicio físico
AUMENTA DISMINUYE
Rendimiento académico Abuso de drogas y alcohol
Sensación de control y eficacia La tensión y la ira
Confianza y autoestima Ansiedad
Memoria Errores en la tarea
Estrés y alto rendimiento
En el deporte de alto rendimiento la posibilidad de pasarse al otro lado (estresarse) es muy fácil si no se posee un apoyo por parte del Entrenador-Preparador físico, Familia-novia/o-Amigos, Psicólogo. Cada uno de estos pilares tiene una función específica que desarrollar para beneficiar al deportista de elite.
En este punto, nos centraremos en la tarea del Psicólogo del deporte, ya que a igual preparación física, técnica y táctica para una competencia, la diferencia es marcada por la preparación y el entrenamiento en el plano psicológico del deportista (la fortaleza mental).
En competencia, una de las principales causas que afectan el rendimiento, es el mal manejo de su ansiedad, produciendo indefectiblemente picos de estrés que se pueden manifestar antes, durante y después de la competencia. La ansiedad se genera por diversas razones (incertidumbre en el resultado, una discusión familiar, llegar a instancias no esperadas en un torneo, mala ejecución del gesto deportivo, un error, etc.); el mal manejo de la misma, puede, y de hecho hace que muchas veces, ya entremos en desventaja antes de que comience la competencia.
Un monto elevado de ansiedad, produce una tensión psico-física (los procesos físicos y cognitivos van deteriorando la ejecución) que va generando un círculo que comienza con la desconcentración, pasa a la desorganización y por último se instala la desesperanza afectando directamente el rendimiento.
Una ansiedad elevada en el aspecto físico y psicológico genera
FISICO PSICOLOGICO
Aumento del ritmo cardiaco Distorsión visual
Aumento del ritmo respiratorio Insomnio
Aumento de la sudoración Dificultad en la toma de decisiones
Sequedad en la boca Dificultad para concentrarse
Tensión muscular Aparición de pensamientos negativos
Malestar gastrointestinal (nauseas, diarrea etc.) Falta de asertividad en las ejecuciones
La tarea del psicólogo será entonces la de localizar y dar una respuesta por ejemplo
Por qué se lesiona (desgarra, contractura, acalambra) frecuentemente
Por qué se desconcentra durante el partido y en qué momentos le sucede
Por qué causa rinde más en el entrenamiento que en competencia
Por qué se frustra tan rápido
Etc.
Buscando que en competencia se logre:
Estar relajado y suelto
Con sensación de calma
Sentir el control de sí mismo
Sin ansiedad elevada
Con mayoría de pensamientos positivos
Encarando la competencia con optimismo
Es por este alto porcentaje en la fortaleza mental, que el psicólogo trabaja en esta área, y no porque el deportista esté enfermo de la cabeza.
Para terminar, podríamos decir que la responsabilidad de cada deportista será la dedicación y la constancia que tenga en la realización de una preparación y entrenamiento psicológico, para contar con las herramientas necesarias para que su ansiedad no le juegue en contra.
Hay que aprender que de las cosas que uno no tiene control (fallos de los jueces, clima, público, superficies, etc.), uno no debe preocuparse, y de las cosas en las cuales uno tiene el control tampoco, ya que después que uno puso lo mejor de su parte, lo haya intentado todo, todavía es posible el error.
La magia y la sabiduría es aprender de los errores y no que ellos nos sepulten.
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