El concepto de experto se maneja en todo tipo de campos como prensa, televisión, matemáticas, música,… El deporte, en este sentido, tampoco es una excepción. Del mismo modo, encontrar las claves para llegar a ser experto debe constituir uno de los objetivos principales por parte de los investigadores en todos los campos.
El deporte de alta competición es el ejemplo más claro de un modelo de excelencia, de voluntad de progreso y en el que la lógica de la competición deportiva es la lógica de la excelencia (Missoum y Selva, 1994). La excelencia es "sobresalir por encima de los demás" (Ruiz y Sánchez, 1997, p.226). Estos autores señalan que todos podemos llegar a ser excelentes con unas expectativas personales bien planteadas y con gran dedicación.
Por ello, el estudio del sujeto experto constituye uno de los objetivos prioritarios en el ámbito deportivo (Pieron, 1999; en Sánchez 2002, p.3). "Guiado por el espíritu de competición que reina como rey, el deporte se caracteriza por una búsqueda de la excelencia, de competencia y de especialista. Tanto si se trata de deportes institucionalizados, individuales como de equipo o de una lucha contra los elementos o la naturaleza (montaña, mar,…), ser un experto, con sus múltiples compuestos, representa un objetivo esencial de la relación pedagógica del entrenamiento".
Siguiendo a Thomas (1994; en Sánchez, 2002), afirma que es importante el estudio del experto para comprender la pericia (sus componentes) y para facilitar el desarrollo de la misma en los noveles. En esta propuesta coinciden con Ruiz y Sánchez (1997, p. 235), los cuales señalan que en el ámbito de la pericia es importante "tratar de comprender los mecanismos y procesos que subyacen a las proezas deportivas, de conocer el itinerario vital de los expertos y de atrapar las claves para llegar a ser un campeón".
Para que una persona sea excelente, según los psicólogos de la creatividad (Sánchez, 2002), se deben dar una serie de factores al unísono:
Habilidades de infraestructura: Capacidades, aptitudes óptimas relacionadas con la disciplina en cuestión.
Conocimiento: Dominio de toda la información relevante de la disciplina.
Destrezas: Capacidades que permiten enfrentarse a un problema de una manera distinta al habitual.
Diez años o más de trabajo intenso: Un periodo mínimo de 10 años es necesario para consolidar los tres elementos psicológicos previos.
Características personales de autoconfianza, fuerza del yo y ambición.
Motivación intrínseca y logro. Intención de alcanzar las más altas cotas de dominio en un campo determinado.
Ambiente favorable. Buena formación, expectativas altas, reconocimiento, disponibilidad de oportunidades, recursos suficientes y recompensas.
Apoyo familiar. Este apartado está claramente enfocado a expertos adolescentes en los que la familia es fundamental. Al transferirlo a nuestra propuesta sobre entrenadores, los cuales poseen una edad avanzada (20 años en adelante), el ámbito familiar ya no es relevante por lo que no es un factor significativo para nuestro estudio.
Un poco de suerte. Este factor tendrá su relevancia siempre y cuando existan las características anteriores.
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